Las relaciones de pareja esconden más secretos de los que nos imaginamos, ya que son almas que se juntan para alcanzar un propósito en común, donde generalmente requiere un proceso de maduración entre ambos. Tengo treinta y no me he casado, fue un comercial que se transmitió en Venezuela, donde un pájaro picoteaba la cabeza de una mujer mientras ella se repetía: tengo treinta y no me he casado.
Vivo en New York y mi ginecólogo me hizo un suspicaz comentario: si no consigues el hombre de tu vida aquí, donde hay tantos hombres, no lo vas a conseguir en otra parte del mundo, así que aprovecha.
Por supuesto que creo en conectar con nuestra alma gemela, pero solemos creer que son tonterías y que solo es un cuento de hadas, nos hacemos la idea de que una verdadera relación debe haber drama y trauma para que sea real, el modo de como vivimos en la tierra. Somos seres únicos, capaz de conectar con lo mas precioso que existe sobre la tierra.
Me encanta escuchar historias de cómo las personas se han conectado de una forma inimaginable, de como el universo, la vida, el destino (como queramos llamarlo) conecta y junta a dos almas sin importar el tiempo, la distancia o la lengua que hablen.
Para mí, hay algo energéticamente, se trata sobre sentir, de una conexión que va más allá de una cualidad. No creo en las casualidades, más bien en el orden divino que nos cruza con tantas personas a lo largo de nuestra vida, y que considero mis maestros. Digamos, si mi alma gemela, nació años antes que yo, o despues, si nació en otro país, si habla otro idioma, si tiene gustos diferentes a los míos, voy a descartar.
Quisiera tener las pelotas que tuvo ella, para hacer lo mismo yo.
Volviendo a mi realidad, otro punto curioso es que ya cuando me independicé a mis 18 años, empecé a mantenerme ocupada la gran cantidad de mi tiempo, siempre había un pretendiente y numero uno siempre creía que quería solo ser mi amigo, y numero dos yo siempre tenía la excusa perfecta, no para él, sino para conmigo misma, para decir: estoy ocupada. Realmente a esa edad no recuerdo si lo hacía porque mis expectativas eran muy altas o porque tenia miedo a el compromiso.
Las maripositas en el estomago, una sensación extraña, pero tan emocionante a la vez.
¿Qué estoy dispuesta a dar?
Cuándo creas estar alrededor de los treinta, cuarenta, cincuenta, y no te has casado.
Cuándo deseas con todas las ganas, desde lo más profundo de tu ser estar al lado de tu alma gemela.
Cuándo empiezas a cuestionar a tu pareja… creamos en el plan divino, porque para todo lo demás existe MasterCard.