Primera parte.
La evolución espiritual es, a mi parecer el viaje más sorprendente y maravilloso que existe.
La evolución espiritual, es un progreso constante que experimento como ser humano a medida que reconozco estados (emociones, sentimientos) dentro de mí misma que han estado adormecidos, a medida que me voy haciendo uno con mi propia alma, cuando me doy cuenta de la fuente (raíz o causa) de todos mis bienestares y malestares (problemas, desafíos), a medida que me conecto más con la creación (D-os, Espíritu, etc.), cuando el espacio entre todo lo que existe y yo se hace más corto, cuando fluyo con las experiencias que vivo y reconozco que mi intuición es la guía que me permite tomar las mejores decisiones basándome en mi libre albedrio.
En sintonía con lo anteriormente dicho, evolucionar espiritualmente me lleva a convertirme en un observador (en vez de un analizador), me permite comprender que cuando soy paciente y tolerante tengo una visión más clara y de más alcance (en vez de tener la razón y defender mi punto), me conecta con la verdadera esencia de todo lo que existe y mediante esa conexión identifico la sintonía en la cual estoy vibrando (energéticamente hablando), lo cual me lleva a cambiar el dial, para vibrar desde un nivel energético de amor, dicha y complitud (donde todo es posible), independientemente del medio a través del cual me toque experimentar esta evolución.
Todo lo demás, es un añadido.
Ahora bien, esto suena muy redundante y al mismo tiempo ambiguo, por ello voy a hacer una breve descripción, sin embargo, será en la segunda de este artículo donde lo llevaré a la práctica uno a uno:
1. Observador, cuando me convierto en un observador, es cuando me detengo en los detalles que hay detrás de algo, bien sea una persona, una circunstancia o una situación. La observación me lleva a replantear mi sistema de creencias, ya que me otorga la habilidad de ver más allá, de ver el otro lado de la moneda, antes de sacar conclusiones; a su vez, esto me lleva a la causa de esa circunstancia o situación. Ser un observador, me permite también apreciar la inmensidad de todo lo que existe, como un todo que esta al mismo tiempo interconectado conmigo, siempre desde la simpleza. Aquí todo pasa dentro de mí.
2. Ser paciente, es un cliché que, por mucho tiempo, me hizo perder la paciencia. La paciencia es, aceptar una situación (circunstancia o persona) y disfrutar el proceso. ¿Por qué? porque cualquiera que sea la situación, lo que sea que me hace sentir (emociones), solo lo estoy sintiendo yo, no alguien más. Por lo tanto, la paciencia es, hacer una pausa (internamente hablando) y reconocer que esto ya está ocurriendo en mí vida, también tengo que aceptar que me está afectando, para tomar responsabilidad y saber que si quiero que esto deje de suceder-me, tengo que hacer algo y ese algo va a tomar un tiempo (el tiempo energéticamente no existe, es una ilusión en sí, no es más que disfrutar el proceso), lo cual va a llevarme a conocer-me, aprender y evolucionar espiritualmente (ser sabio, madurar). Si trabajo la paciencia, con paciencia, el tiempo que me toma madurar se hace más corto.
3. Ser tolerante, no es aceptar el comportamiento de los demás, es más bien saber (de sabio, de madurez) que cada persona está luchando internamente con una cantidad de miedos que la mayoría de las veces, ni siquiera sabe que lo tiene (es decir, es un comportamiento en cadena: acción-reacción-acción). Por lo tanto, cuando yo soy tolerante, me estoy poniendo en los zapatos de algo (persona, situación o circunstancia), que me está accediendo a la clarividencia, a ver en 3D (ver más allá de lo que yo creo que está pasando) y esto me lleva a trascender mi propia realidad o sistema de creencias, lo que al mismo tiempo me regala la oportunidad de crear un espacio donde puede entrar la armonía, la paz y el amor (crear puentes).
4. El Subconsciente, es una energía invisible donde se almacena todo. El subconsciente, es como un pendrive con memoria de almacenamiento infinito (GB: gigabytes ilimitado), donde va a parar todo lo que he aprendido a través de todos mis sentidos a lo largo de mi vida. Pero también, es donde va a parar todas las creencias ancestrales de mi familia. Entonces, el subconsciente es, algo muy inteligente que lo sabe todo, que está silenciosamente escondido dentro de mí, pero que al mismo tiempo me hace actuar de manera robótica. El subconsciente, es quien me hace tomar decisiones desde la información que he almacenado a través de los años, desde una sensación visceral (las tripas). Y es que, según los expertos el subconsciente se encuentra en el área del plexo solar, es decir donde se encuentra los intestinos. ¡Ahora entiendo!
“Nuestra mente consciente piensa que esta en control, pero no lo está”.
“Nuestro subconsciente no piensa en nada, pero tiene el control”.
Jen Sincero – You are a Badass book.
5. Nivel energético, es un estado emocional que, aunque no vemos, es el responsable de todas nuestras experiencias. Sabemos que todo está creado de energía que es invisible a nuestro cinco sentidos, sin embrago, cuando contemplo un amanecer o atardecer, siento como si millones de mariposas estuvieran revoloteando al mismo tiempo en mi estómago, siento mucha tranquilidad, siento paz y alegría al mismo tiempo. Esta sensación es energía, que, aunque no la puedo tocar, ver, oler, mirar o escuchar, esta pasando dentro de mí y me esta haciendo sentir la experiencia más maravillosa de mi vida. Partiendo desde este ejemplo, absolutamente TODO esta creado de energía, lo que significa que todo lo que veo como materia física, esta creado por átomos. Estos átomos son en realidad energía positiva y energía negativa que nunca llegan a tocarse, y en ese espacio que existe entre ambos, es donde se crea lo que conocemos como materia física (personas, objetos, etc.). por lo tanto:
“Si tú quieres encontrar el secreto del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”. Nicola Tesla – Físico, Matemático, Inventor, Super genio.
La evolución espiritual, es un proceso, en cadena, es decir que a medida que me vuelvo más detallista a los sucesos, más paciente y tolerante, estoy desarrollando la habilidad de ser como D-os. A medida que me entreno a través de todas las situaciones que debo “decodificar”, me convierto en un mago, me convierto en la semilla de todo lo que quiero que ocurra en mi vida y estoy siendo un efecto multiplicador de todo mí entorno (todos los involucrados se ven afectados).
Sin embargo, debo tener presente que, crecer espiritualmente, no significa ser perfecto, ya yo soy perfecta tal como soy. Crecer espiritualmente no significa entrar en una nueva religión o irme de retiro con los monjes tibetanos o cualquiera que sea la opción que escoja, debo tener presente, que estos son tan solo un medio para.
Crecer espiritualmente, si es reconocer mis emociones, si es ser curioso, si es hacerme preguntas, si es querer saber más, si es experimentar-me, si es buscar conocimiento, si es explorar, si es intentar, si es caerme, si es levantarme, si es tomar riesgos, si es tener miedo, si es ser yo misma, si es aceptarme, si es dejarme llevar por mi intuición, si es aprender a escuchar, si es llorar, si es atreverme, si es expresar mi lado creativo, etc. Por que todo esto, me lleva a la esencia de quien soy, me lleva al inicio de todo, me lleva a fluir con la vida, me lleva a entregarme, me lleva a volverme sumisa, me lleva a la humildad, me lleva a la inocencia y en la misma línea me esta llevando a mi propio reconocimiento, a mi propio poder innato, a mi propia valía personal que disipa el control.
La evolución espiritual, es un proceso de vida, no es un lugar al cual voy a llegar, por lo tanto, es un viaje que me esta llevando a adentrarme en lo más profundo de mi Ser, es disfrutar, es vivir todas mis experiencias, siendo un humano.
Ahora que caigo en cuenta, toda mi vida me he repetido internamente (desde el subconsciente, a través las “mentiras verdaderas” que me estado creando, sin siquiera saberlo) de que no estoy preparada: no estoy preparada para esto, no estoy preparada para aquello, cuando en realidad NINGUN ser humano esta preparado para. El secreto del juego de la vida es, entonces, no prepararse para.
Por consiguiente, si estoy esperando estar preparada para poder hacer “algo”, jamás llegaré hacer nada. ¿Por qué? porque soy del tamaño de las circunstancias, es decir, la esencia de la vida radica en entrar en una situación (hacerlo) para aprender (viviendo la experiencia) a hacer ese “algo”, bien sea un profesional, padres, esposa, amorosa, tolerante, paciente, cantante, etc.
Consecuentemente, para evolucionar espiritualmente, debo entrar en el juego, independientemente de la edad que tenga, siendo este un factor que muchas veces le he dado más importancia de lo que amerita, sobre todo cuando era una niña.
Evolucionar espiritualmente, me lleva entonces es a sentir la esencia del ser humano, esa que se encuentra contenida dentro, y por lo tanto, solo puedo ver almas.
Hoy acepto quien soy y desde este nivel me permito seguir avanzando.
Con Amor Sarah.
Continuara…