Una forma de combatir la tristeza, es precisamente dejar de pelear con ella.
Primeramente, todo aquello que combatimos genera resistencia y peor aún dentro de nosotros mismos. Después de todo ¿Quién quiere tener una guerra dentro de sí mismo? Creo que nadie, aunque lo hacemos constantemente.
Por lo tanto, la forma de liberarse de la tristeza, es sintiéndola. Ya que el sentir nos lleva a explorar la emoción, lo que nos permite volvernos conscientes de su nacimiento.
Entonces, todas las emociones que no son liberadas terminan adheridas a una parte de nuestro cuerpo. En el caso de la tristeza se queda atrapada en el seno maxilar, pulmón, colon, molares inferiores y premolares superiores; sin dejar de lado las otras emociones y órganos que se unen a la fiesta cuando la tristeza se prolonga.
¿Cómo ocurre esto?
Pues sencillamente, vivimos algo que nos hace sentir tristes, esa tristeza no es expresada, sentimos una especie de escalofríos que señala que esa emoción nos ha afectado y luego se atrapa en una parte de nuestro cuerpo. Si la emoción se repite constantemente o es sentida con mucha intensidad, el efecto será la aparición de padecimientos, molestias, malestares o en su defecto enfermedades más grandes.
Por esta razón, al estar imbuidos en emociones de tan baja vibración como la tristeza por ejemplo, buscar diversiones externas servirán para empeorar nuestra tristeza; porque tratamos de tapar el sol con el dedo olvidando que número uno el sol sigue girando y segundo la distancia que existe desde nuestro punto y el sol nos hace taparlo con un dedo, pero la magnitud de su tamaño está oculta para nosotros por la percepción que tenemos.
Lo mismo ocurre con la tristeza y las emociones que nos llevan a sentirnos mal o muy muy mal; ya el verdadero punto de partida de la tristeza se encuentra asociada a los eventos y al padecimientos, una información que también está oculta para nosotros.
Ahora bien, si eres una persona consciente sabrás que el desenfoque de tu estado emocional te está lanzando fuera del camino y si lo reconociste cuando estaba iniciando, entonces, sí es momento de hacer una actividad que te lleva a enfocarte en contemplar la belleza de la naturaleza, en la perfecta sincronía de la tierra, en el sutil pelaje de tu perro o gato, la contagiosa sonrisa de un niño, tu silenciosa pero sutil respiración, dar un paseo al aire libre, observar los animales o las nubes, etc.; la idea es hacer actividades no con la intención de distraerte, más bien con la intención de reconectarte con el balance desde el observar, el respirar, la inspiración, el silencio de la calma y el agradecimiento.
Sin embargo, cuando empezamos a tomar consciencia sobre la raíz de nuestros padecimientos, podemos observar que cada emoción está siempre vinculada con el padecimiento y a su vez con otros eventos que nos han hecho sentir igual a lo largo de nuestra vida.
Así pues, cuando nos sumergimos en la verdadera razón por la cual la tristeza apareció en nuestra vida, dejaremos de combatir con ella para agradecerle el que nos muestre todo lo que se encuentra detrás de cámara. He aquí algunos tips que yo he usado desde el 2017 en mis momentos cuando me siento triste:
1. Sentir la emoción.
2. Cuestionar la verdadera razón por la cual me siento triste.
3. Escribir cualquier cosa relacionada con mi estado de ánimo, como los pensamientos que pasan por mi cabeza.
4. Sentir Respeto hacía mí misma, dándome el espacio para estar solo “conmigo”.
5. Siendo honesta conmigo.
6. Buscando ayuda.
Por otra parte, muchas veces relacionamos la tristeza con algo malo o negativo, porque evidentemente es como nos hace sentir y a su vez ese estado emocional puede pasar a un estado mental o hábitos que prolongados acarrean otros desenlaces; pero no necesariamente tiene que ser así.
La tristeza, es una emoción que nos está mostrando el punto en el cual nos encontramos ahora mismo, nos está haciendo conscientes de que estamos alejándonos de nuestra verdadera esencia y que dependiendo del tiempo que tengamos en ese estado emocional y su intensidad las cosas podrían empeorar, nunca mejorar.
Entonces, si la tristeza es simplemente una emoción que nos está señalando en qué parte de la balanza nos encontramos, eso no debería ser algo malo, al contrario debería ser algo muy muy bueno, ya que es la alarma que nos indica que estamos saliéndonos del camino, nuestro camino del balance.
Nuestra Balanza Natural nos señala hacía donde nos dirigimos:
- Se siente bien.
- Se siente mal.
Cada uno nos conduce a lugares diferentes. Si se siente mal Debiéramos preocuparnos?
Pues bien, en realidad deberíamos preocuparnos del cómo nos sentimos por ese evento que vivimos, ya que si lo detectamos a tiempo tendremos una gran ventaja de reorientarnos de nuevo al camino tan pronto como sea posible; porque si no lo hacemos, nos sentiremos más mal, las cosas a nuestro alrededor nos parecerán peores y por regla atraeremos cosas que se encuentran vibrando en la misma frecuencia que la tristeza, incluyendo otras emociones de la misma vibración. Algo parecido a los mosquitos que se sienten atraídos por los grandes postes de luz de la calle.
El problema con buscar distracción externa, es que nos empuja a tapar lo que sentimos, en vez de darnos cuenta, hacernos conscientes y sanar (encontrar el balance). Y no podemos comparar la risa con la felicidad; porque conozco personas que sonríen de vez en cuando y son felices y por otra parte, también conozco a personas que ríen siempre y son infelices.
No se trata de relatividad, se trata de SENTIR, se trata de mostrarme cómo soy HUMANAMENTE hablando, ya que todos los seres humanos sentimos y si sentimos debe ser también por una buena razón.
Desde mi propia experiencia, encontrarme conmigo misma ha sido un regalo que me ha vuelto más sabia y sobre el cual he tenido que trabajar con mucha paciencia, un ingrediente que por cierto no solía usar en mí vivir.
Aun sigo sintiendo tristeza, pero la diferencia está en que ahora soy consciente para trabajar en ello y sé que cada día seguiré adentrándome mucho más en mí travesía con la claridad de las altas y el aprendizaje de las bajas.
Lo mismo deseo para ustedes.
Con Amor y consciencia, Sarah.