Antes de poder estar con otros, primero debemos aprender a estar solos. Una de las oportunidades más interesantes que tenemos para evolucionar es a través de las relaciones interpersonales, de las cuales solo aprendemos cuando estamos en la capacidad de observar el potencial implícito del mensajero. Para ello debemos estar preparados.
Estar solos, nos brinda la capacidad de explorarnos, de conocernos y de disfrutar de lo que realmente somos, como un ser único e inigualable.
Estar en la quietud con nosotros mismos nos permite escucharnos ¿Qué es eso que me repito a mí misma? ¿Qué es lo pienso de mí? ¿Cómo me miento a mi misma? ¡Ya va! Por qué me hablo repetidamente a misma de esa forma, cuántos años llevo haciéndolo y cuántas veces al día me estoy creyendo estas mentiras. Me estoy reprogramando con mis pensamientos una y otra vez; finalmente cuando llega lo que yo misma he creado desde mis pensamientos, culpo a eso que llega (personas, animales, circunstancias, etc.) o peor aún a mí misma, liberándome de toda responsabilidad (culpar-nos es un látigo claramente visible para nuestro campo energético, el cual va construyendo heridas). Por lo tanto, como hay que culpar a alguien simplemente buscamos el culpable, cuando desde mi ignorancia he sido la creadora de todo.
Entonces, “de repente” D-os es malo, mi marido es malo, el gobierno es malo, las cucarachas son malas, el sol es malo, el Cáncer es malo, si leíste bien el Cáncer.
Por otra parte, también es cierto que hay personas que han venido a este mundo con una evolución tal, que saben cómo conectarse y crear la vida de sus sueños, desde lo que saben que son, desde el poder que saben que tienen y obviamente estas personas no necesitan que un segundo le diga que hacer, porque eso significa ir en contra de su propia esencia.
Estar solos con nosotros mismos, es conocernos. Una vez que empezamos a explorarnos también empezamos a conocernos y esto es algo de lo que hablo en mi libro canSER. Para que esto suceda, es decir, para que yo me conozca, tengo que tener curiosidad, tener la conciencia enfocada en disfrutar mi proceso y aprender de él. En mi soledad lo que sea que esté pasando me está brindando la herramienta de ir hacia mí misma (aunque suene redundante) y en base a esto, como puedo evolucionar en la físicalidad mi vida y la de mi entorno. Sea cual sea la meta que tenemos en mente, va a pasar, ya que este presente lo he creado en el pasado. ¡Yo misma! ¡Sola! Nadie más lo hizo por mí.
Disfrutar de lo que realmente soy es un estado que me permite Ser. Para esto necesito estar rodeado de personas de todo tipo, de toda clase y de todos los niveles, porque sé que mi vida la estoy creando yo, no ellos, por lo tanto, nada de lo que hay afuera tiene poder sobre mí, nada puede hacerme daño, nada puede hacerme feliz, nada puede afectarme. Esta es la razón por la cual los niños de entre 2 y 8 años que han nacido en lugares cerca de la naturaleza (generalmente en extrema pobreza), donde generalmente juegan con lo que la naturaleza les provee, suelen disfrutar de su propia felicidad, en comparación con los niños que nacen en las grandes ciudades, condicionados o bajo grandes preceptos (creado por la apariencias sociales, la religión o educación) y crecen con la creencia de que necesitan “algo” para ser felices, asociando que el disfrute es una meta que viene cuando tengan ese algo.
La felicidad es un estado que no depende de cuanto tengo, si depende de quién soy. El “depende” proviene de la conciencia que tienen quienes nos crían, independientemente de la condición económica.
Aunque tenemos la falsa creencia de que no nacemos aprendidos en el mundo de la físicalidad, nos vemos empujados por la sociedad a estar siempre en búsqueda de algo que nos acerque a un Ser más poderoso y mejor que nosotros mismos. Sentimos como si siempre estuviéramos jugando Mario Bros, debo repetir varias veces la lección para poder aprender y de esta manera avanzar al siguiente nivel. Conocemos una disciplina, religión, sabiduría o persona que nos enseña a conectarnos con esa chispa divina, y creemos que lo es todo, pero para avanzar en el viaje de la vida debemos estar en la capacidad de descubrir eso que vinieron a mostrarnos, aceptarlo como un regalo divino y soltar para evitar idolatrar.
Para muchos esto puede funcionar y considero que mi curiosidad despertó esa búsqueda, que me ha llevado paso a paso a descubrir tantas cosas de mí misma que son inexplicables para muchos. Por supuesto debido a que me abrí a la posibilidad de aprender de aquellos que ya han pasado por donde yo apenas estoy pasando o por donde desconozco que iré, pero sé que iré. Porque como dicen “cuando el alumno está preparado, el maestro aparece”. Es esta la razón por la cual cada día me repito a mi misma que: donde estoy es perfecto y sigo evolucionando hacia mi mejor estado de bienestar espiritual, “fluyo y avanzo con la vida”.
Avanzar no es tomar una mochila y montarme en un tren que vaya a todos los rincones del mundo, me refiero a un estado de conciencia, donde la vida la empiezo a ver desde otra perspectiva. Siempre con los ojos del amor, donde sé y acepto que cada uno se encuentra en su propio proceso y esto incluye, por supuesto, su propia verdad.
Aprender a estar solo no significa vivir aislado del todo. Estar solo es aprender a adentrarme en mí mismo. No quiero dar ejemplos de cómo hacerlo, porque sería limitar la propia creación única y maravillosa que cada uno posee dentro de sí para crear y hacerlo a su manera. Observar la sincronicidad de la naturaleza, con todo lo que está más allá de nuestros cinco sentidos y en otras dimensiones que también forman parte de nosotros. Cuando me convierto en un observador, veo que yo soy parte del todo.
Cuando me convertí en un observador, entendí que nunca había estado sola. En el peor de los casos (que nunca es algo malo), una persona que se encuentra presa en una cárcel, estando en un cuarto oscuro, puede convertirse en un observador. Cuando esta persona inhala oxígeno, eso que no ve, que no toca y que no siente (porque es una acción que sucede sin dar un comando), está entrando en contacto con su Ser; el oxígeno entra, llena sus pulmones, en cuestión de milésimas de segundos también está en contacto con su increíble corazón, el cual está limpiando su propia alma, la cual se encuentra en la sangre, que a su vez está en cada parte de su cuerpo. Todos los átomos que se encuentran en esa habitación están juntos. Entonces, sé que esa persona no está sola, aun estando en ese “desolado lugar”, porque hasta en el más recóndito lugar está la naturaleza. La persona simplemente está explorándose, conociéndose y disfrutando su propio proceso, que él mismo creó y que él mismo trajo a su vida. Para muestra de ello, Nelson Mandela.
Nadie vendrá a salvar el mundo, porque la tierra (naturaleza, creación, ecosistema, etc.) en sí, es inteligente y sabe cómo salvarse a sí misma. Nosotros también somos inteligentes, y la forma como estamos conectados ahora mismo, tú y yo a través de lo que estás leyendo (sin importar cuando yo lo haya escrito), demuestra la energía que no está ante nuestros ojos. ¡Créelo!
Parte del proceso de aprender a estar solos, es desprogramarse, soltar y liberarnos de nuestra propia prisión. Para ello existen innumerables herramientas como ya lo he dicho antes, practicas fáciles y simples. Las herramientas no mejoran nuestra vida, la forma como nosotros lo interpretamos y la creencia que le damos, es lo que hará que nuestra vida mejore. Por lo tanto, no depende de las herramientas (métodos, prácticas, sabidurías, remedios, religión, técnicas, medicina, etc.) depende de mi propia capacidad (conciencia) para recibir la información que me llega y creer en ello. Todo funciona sí yo creo que está funcionando, incluso antes de aplicarlo. Por esta razón, conozco a personas que buscan “la verdad” en tantos lugares, prueban de todo, con todas las prácticas del mundo (que son la misma, pero se aplican o enseñan de distintas formas), y finalmente no pueden salvar el matrimonio, la empresa o la salud. No consiguen liberarse.
La libertad física precede de liberarme internamente de todo aquello que me ha hecho crear situaciones que no quiero en mi vida, pero que honestamente la he creado sin siquiera saber cómo lo hice o peor aún sin saber que yo mismo lo he creado.
Queremos estar con otros, entonces, los traemos a nuestra vida, pero como todos los días somos otra persona diferente (evolucionamos cada instante, por eso nunca llegamos a conocernos ni a nosotros mismos), cuando eso llega al parecer no es exactamente lo que queremos hoy, pero si era lo que queríamos en el pasado; nos frustramos y terminamos culpando a eso que llegó, debido a mi incapacidad de asimilarlo en el momento.
Muchos divorcios, malos gobiernos, corrupción, mala administración, enfermedad, carencia. ¿Te suena familiar?
Pero hay personas que están disfrutando felizmente de su propia creación, están disfrutando bajo un cielo azul o bajo la lluvia o un sol radiante, en un yate sobre un mar color turquesa o bajo el techo de su casa, comiendo y bebiendo lo que más les gusta, compartiendo con personas agradables, al lado del amor de su vida y de una maravillosa familia. Se sienten seguras y libres. Trabajan con personas honestas, amables y comprometidas, generan todo el dinero que desean, para vivir con las comodidades que les brinde calidad de vida, según lo que ellos consideran que lo es. Son felices porque se sienten felices y no porque la felicidad depende de algo externo.
¿Qué han hecho diferente?
Cuando estoy disfrutando lo que hago, consciente de mis propias habilidades, oportunidades, así como de mis limitaciones, puedo aceptarlo con responsabilidad.
Entonces, puedo estar con otros, ya que mi presencia en ellos será para empujarlos a avanzar en su propio viaje, con sus propios dones y talentos, sin la necesidad de querer cambiarlos.
De esta manera, puedo estar con otros ya que sé que soy la pieza que le falta a su rompecabezas para que ellos bajo su propia verdad y proceso puedan ir armando su propia película. Lo que precisen de mí, será lo que les daré, ya que es la razón por la cual nos juntamos. Si y sólo si, ese es su deseo, ya que no podemos masticar, tragar, digerir y evacuar por otros.
Por lo tanto, puedo estar con otros porque he conocido y he aprendido a respetarme a mí misma y a respetar mi propio proceso en mi viaje de vida. Por eso ya he soltado el hábito de criticar, juzgar y chismear sobre otros, solo me enfoco en la manera en la que puedo aportar de mi para que todos y todo lo que está en mi presente pueda estar bien.
Consecuentemente, puedo estar con otros, porque es el disfrute del proceso con ellos, lo que realmente me hará avanzar. El tiempo que he compartido con otros jamás no lo repetiré, aún estando en el mismo lugar, con las mismas personas y con el mismo escenario.
Así es como puedo estar con otros, ya que sé que los traje a mi viaje, yo los cree y sé que sin ellos mi alma no puede lograr su objetivo en esta vida. Todos estamos conectados y formamos parte de un todo.
Entonces, puedo estar con otros, porque aprendí a estar sola.
Con Amor Sarah.