El Reconocimiento; debo reconocer que el tiempo ha pasado volando y hace cinco años cuando cree este blog, por motivos que actualmente desconozco (si me leen hace 5 años atrás se los dije: “mi memoria es corta” y quizás es porque desecha lo que para el momento no es meramente indispensable). Ok ! LO RECONOZCO no sé el motivo del mismo, sin embargo cada publicación encaja perfectamente con lo que HOY aun me siento identificada: las anécdotas mías, del otro, de todos.
Aquí voy de nuevo… Un poquito regenerada jejeje… Obvio cambiamos todos los días, cada minuto, cada instante, como cada partícula de nuestro cuerpo, que según se regenera por completo cada 7 años. Yo no he llegado a los 7 desde que deje de escribir. Que causalidad que justo antes de ese tiempo yo este de regreso, medio regenerada es mejor, aun la cordura no se apodera de mí por completo.
Y hablando de regenerar, para que ello suceda debimos preceder caídas, tropiezos, fallos, como lo queramos llamar, como dicen en mi tierra: la pusiste. Es bien sabido que cuando pasamos por procesos grises por llamarlo así de alguna manera, luego (si y solo si nos percatamos y tomamos acción) vemos la paleta de colores completicos. Sin caernos a cuentos, debemos estar en el piso para levantar vuelo tan alto como el infinito… y sabes qué? no tengamos miedo a caer, a fallar… Ahí es justo donde se encuentran los verdaderos aprendizajes.
Wow vivimos tantas experiencias a todo nivel que invisiblemente contamos con miles de libros de nuestra cotidianidad para compartir, reír, llorar y pare usted de contar.
Particularmente estoy eternamente agradecida porque a pesar de los años me conservo como de 15… Naah mentira! Agradezco por mi vida que ha sido una caja de pandora y me siento plenamente feliz con todo lo que tengo, con todo lo que tuve y con todo lo que tendré, estoy segura es infinito.
Palabra venezolana: La Pusiste, Caer a Cuentos.
Escuchen a Rafael “El Pollo Brito” en su homenaje Pa’ Tío Simón
Venezuela´s… Puebleando antes de morir…
Los Nevados, un paraíso increíblemente acogedor en todos los sentidos para los amantes de las zonas coloniales y aisladas de la civilización. Culturalmente resume en unos cuantos metros cuadrados la hermosura de miles de metros por su maravillosa vista hacia las montañas, el canto de las aves y de la prisa del río, el sabor de cada bocado que degustas en el paladar, la atención que hace calurosa esta fría localidad. Sus calles de pintorescas piedras, una iglesia que data de principios del siglo XX. Se encuentra ubicado en la Sierra Nevada del Estado Mérida y su acceso es en vehículos 4×4, en un tiempo promedio menor a 4 horas. Si vas, no dejes de probar la típica chica andina en la bodeguita “Cafetín el Criollito” que se encuentra a mitad de camino.
