Hablemos de comienzos para desarrollar el lapso de vida de todo lo que existe.
Generalmente cuando hablamos de comienzos tenemos la sensación de alegría, felicidad y curiosidad; es como sentir la frescura de las flores recién cortadas de la planta.
Sin embargo, al hablar de comienzos -un tema del cual me encanta mucho hablar- debemos tener presente que cada instante de la vida está compuesta de nacimientos y muertes, de comienzos y finales, de llegadas y partidas.
Por otra parte, las palabras muerte, final o partida no nos gustan mucho, sobre todo cuando estamos disfrutando al máximo de algo. Pero, qué pasa si supiéramos que más allá de esas palabras que indican que algo se acabó, existen infinitos comienzos.
Ahora bien, si hablar de comienzos se trata, tengo que poner sobre la mesa a nuestro organismo, ese cuerpo valioso, sorprendente, perfecto y misterioso que nos lleva y nos trae a donde queremos. Porque aquí adentro, están ocurriendo infinitos comienzos y finales.
Por ejemplo, los estudios científicos señalan que el cuerpo humano a nivel celular muere y se reemplaza completamente cada 7 a 10 años, que las pequeñas moléculas que comprenden las células mueren cada año, que el cabello cada 3 a 6 años, que el hígado debe regenerarse después de desintoxicar el cuerpo cada 150 a 500 días, la piel de 2 a 3 semanas, que el estómago y los intestinos cada 5 días; y de esta forma existe dentro de nosotros una melodía entre vidas y muertes, sin siquiera darnos cuenta.
Bueno, yo no soy científica, lo que sé lo he aprendido leyendo e investigando. Sin embargo, sobre lo que sí tengo bastante conocimiento es sobre el tema emocional y aquí es donde entra en juego el papel del apego que tenemos hacía ciertos ciclos, objetos, personas, pensamientos, etc. Esos apegos a los cuales nos resistimos intensamente.
Entonces, imaginemos por un segundo ¿Qué pasaría en nuestro cuerpo si por ejemplo los intestinos empezarán a llorar y no dejar ir a las heces fecales? Ocurre un colapso total, el cuerpo se empieza a intoxicar por los competentes químicos que emiten las heces. Puede que literalmente los intestinos no lloren, pero si tienes problemas de estreñimiento empieza por identificar emocionalmente a qué estás apegado.
De igual manera, como pasa con las células cancerígenas que se siguen dividiendo sin morir, cuando se supone que el ciclo de una célula es nacer, reproducirse y morir. Entonces, cuando atravesé por mi proceso con el Cáncer me pregunté ¿Qué tan apegada estaba en ciertas áreas que lo manifesté en las células? Porque yo no estaba permitiendo que las células cumplieran su ciclo de vida y muerte.
Ahora bien, dentro de todas la metas que nos trazamos en la vida existen procesos que se alinean para que podamos lograr esas metas, no obstante, generalmente pasamos por alto la vida útil que compone un determinado ciclo, incluyendo lo que somos como humanos, más allá de las necesitadas y deseos que nos planteamos.
Así pues, yo puedo afirmar que cada muerte ha traído consigo un sin fin de bendiciones y cambios a mi vida. De hecho, aprendí con los Kabbalistas que cuando una persona cambia de país, es como si literalmente cambiara de alma; es como si nuestra alma empezará de nuevo desde cero y esto es realmente grandioso.
Entonces, por qué nos aferramos a permanecer iguales, a querer lo que teníamos antes, si precisamente el Orden Divino del Universo que fluye de manera perfecta nos está vaciando, para llenarnos otra vez de nuevas bendiciones, cosas, personas, etc.
Ahora bien, existen innumerables herramientas holísticas que podemos incorporar en nuestra vida de la mano con nuestras creencias espirituales, técnicas que nos brindan la oportunidad para empezar a transformar nuestra mentalidad, para soltar y volvernos más ligeros.
Para un nuevo comienzo, debe prevalecer un final. Y para manifestar lo que deseamos tenemos que saber que el universo está aquí para darnos TODO lo que nos merecemos, pero el miedo nos mantiene apegados y nos hace conformarnos con las migajas, en vez de soltar y dejar ir.
Una buena manera de comenzar el año es diciendo: ok quiero manifestar en mi vida esto y aquello y Sé que en la cocina universal ya está todo hecho para mí. ACEPTO la manera cómo TÚ en orden divino estás operando para que suceda y suelto cualquier conducta de control que quiera ejercer sobre la forma cómo debería ocurrir.
No obstante, también tenemos que pedir tener el mérito de querer cambiarnos a nosotros mismos, de ser flexibles, de dejar ir los viejos patrones y paradigmas. Existen prácticas que están desdé la antigüedad en todo el mundo y que hoy gracias a los avances tecnológicos tenemos al alcance de nuestra mano con las que podemos trabajar para aprender a fluir emocionalmente con los ciclos de la vida. Pero, debemos suprimir las viejas creencias de que solo esto o aquello es lo que funciona.
Quiero recomendarles una película que enmarca esto de dejar ir nuestros paradigmas y tonterías para poder experimentar la complitud y plenitud en nuestras vidas; la película se llama The Reader protagonizada por Kate Winslet, Ralph Fiennes y David Kross.
Trata sobre una mujer llamada Hanna que trabajaba en un tranvía sellando los boletos y que se enamora de un chico mucho menor que ella. En el transcurso de la película el chico le leía libros a Hanna y a ella le encantaba escuchar todas las historias, a veces él le decía que leyera una parte del libro, pero ella le respondía que se escuchaba mejor con su voz. Un día el chico llegó al apartamento y ella se había ido. Con el paso de los años el chico -que ya es un hombre- es un abogado y va a la corte como parte de sus estudios para ver la sentencia de las mujeres que mataron a los judíos en el holocausto. Sorpresa su amada mujer estaba siendo sentenciada.
La acusaban de haber firmado un documento que autorizaba el encierro y la quema de una iglesia donde estaban los judíos. En la sentencia ella se declaró culpable, aun cuando era analfabeta, porque prefirió cadena perpetua y la muerte, que evitar sentir vergüenza, rechazo al reconocer ante muchas personas que era analfabeta y precisamente el no saber escribir, ni leer era la prueba que comprobaba su inocencia; a su vez esta mujer perdió al amor de su vida. El hombre perdió también al amor de su vida por tonterías, porque cuando volteamos al pasado decimos: “wao que tonta fui”.
Por otra parte, también quiero recomendarles algunos libros que me han ayudado a comprender un poco más la palabra “muerte” cuando pasé por mi proceso con el Cáncer:
- Muchas vidas, Muchos Maestros por Brian Weiss.
- Inmortalidad por Rav Berg.
Y si lo que quieres es comenzar a cambiar tu vida y no sabes por dónde empezar:
- canSER un proceso de transformación por Sarah Rojas.
- Pedid que ya se os ha Dado por Esther y Jerry Hicks.
- ¿De qué se ríe Dios? por Deepak Chopra.
- Usted Puede Sanar Su Vida por Louise Hay.
- Barking up the wrong tree by Erick Barker.
- El Poder en Ti por Rav Berg.
- El Poder de Cambiarlo Todo de Yehuda Berg.
No me crean nada, aplícalo en ti mismo, ¡No tienes nada que perder!
Con Amor Sarah.
Les regalo la letra de está canción de Pablo Alborán: Esta Permitido.