¿Por qué razón recreamos las mismas experiencias?
La razón por la cual recreamos las mismas experiencias, se debe a la capacidad que tenemos los seres humanos para adaptarnos y acostumbrarnos a sensaciones que nos son comunes.
Solemos recrear -repetir, atraer- aquello con lo que nos familiarizamos.
Pero, ¿A qué se debe este fenómeno?
Se debe sencillamente a un aprendizaje de copiar-pagar que fuimos observando desde que estábamos en el vientre materno, como también a conductas que hemos heredado generación tras generación, es decir, se encuentran en nuestros genes.
¡Si es familiar para nosotros, repitámoslo!
Por lo tanto, todo aquello que captamos en nuestro entorno desde nuestra infancia, lo vamos a copiar como una forma de vivir, como una verdad. Pero no necesariamente tiene que serlo.
Veamos a continuación algunos patrones muy comunes que se repiten en familias o culturas:
* Sentirse siempre enfermo o repetir las mismas enfermedades de la familia, región o país.
* Resolver situaciones a través del conflicto o agresividad.
* Estudiar o dedicarse a la misma profesión -ocupación- de la familia, región, país; aún cuando no sea bueno o no le guste dicha actividad.
* Independizarse desde muy jóvenes y no saber pedir ayuda.
* Endeudarse o vivir con lo justo -el dinero nunca alcanza.
* Actitudes asociadas con el drama.
* Ser mujeriego, buscar adrenalina en la etapa inicial de las relaciones o en situaciones de peligro.
* Mentir o esconder siempre información, aún cuando no haya necesidad de hacerlo.
* Exceso y adicciones a cualquier cosa, como por ejemplo: al trabajo, al ejercicio, a la limpieza, al desorden, a comprar ropa, a pensamientos de un tipo en específico, etc.
Cuando estamos muy familiarizados de forma inconsciente a ciertos comportamientos, que a su vez se encuentran asociados al cómo nos hacen sentir -inclusive si es mal, lo vamos a seguir repitiendo porque es la única forma natural de seguir el linaje de nuestra familia, región o país. Aún viviendo en otro país y lejos de la familia.
Cómo sanadora emocional, para mí ha sido un verdadero reto ir más allá de una terapia para curar un malestar o una dolencia de una persona. Porque he comprendido que los patrones que recreamos esconden mucha información asociada a nuestros orígenes, experiencias y familia. Por lo que, no basta sólo con curar una enfermedad cuando descubres que puedes eliminar por completo el ADN en un patrón que una persona tiene y que sanara a sus ancestros y descendientes.
De la misma manera, me he hecho consciente de que la terapia en sí misma no sirve de nada si no soy capaz de usarla en la dirección correcta. Muchas veces sanamos un padecimiento, cuando el verdadero núcleo de ese padecimiento se encuentra subyacente en otro lugar, bajo otras premisas que no tienen nada que ver con el padecimiento en sí.
Por lo tanto, si una persona quiere llegar al núcleo -raíz, fuente, inicio- de ese malestar, será mejor que empiece por hacerse consciente de los patrones que suelen ser familiares y que no son capaces de ver sin la ayuda de un especialista.
¿Por qué?
Porque ese patrón le genera una sensación que ya su cuerpo no reconoce “como incómodo” porque se convirtió en el deber o la norma.
Es muy parecido a un virus. Cuando un virus entra por primera vez al cuerpo de una persona suele mostrar efectos secundarios muy visibles; sin embargo, una vez que el cuerpo se hace inmune a ese virus los efectos secundarios se empiezan a reducir o se presentarán más leves.
Ocurre lo mismo para los patrones que solemos repetir. Una persona que está acostumbrada a endeudarse por ejemplo, siempre tenderá a vivir con deudas, ya que sus hábitos son creencias que se encuentran atadas al cómo le hace sentir ese patrón y por ende la conducirán a manifestar la misma situación, que está encriptada al mismo software neuronal, energético y emocional.
Absolutamente nadie se encuentra exento de este patrón, avatar, Matrix en la que vivimos y por supuesto tenemos tantos patrones, avatares o Matrix, como circunstancias que repetimos. Estemos conscientes de ello o no.
Si te responsabilizas por personas que son ajenas a ti mismo, si estás siguiendo el legado empresarial o profesional de tú familia, si tú cuerpo es amante a las enfermedades, si aguantas situaciones de otros por no saber cómo expresarte, si estás repitiendo una y otra vez los mismos patrones, es porque ha llegado el momento de que cortes de raíz con ellos.
Empieza por observar tan solo un patrón que se repita en tu familia y haz memoria de cuántas veces has hecho lo mismo a lo largo de tu vida.
Despertando consciencia, Sarah.