Cómo sanar a través de las relaciones conflictivas que existen en mi vida, me permite -no dale la razón al otro- llegar a la fuente de lo que está generando la resistencia o la reacción dentro de mí.
Las relaciones conflictivas son muy comunes entre nosotros -las personas- y no hay nada de malo en ello, recordando que somos humanos con un antecedente de vida que está marcado por las experiencias que hemos vivido.
Los conflictos interpersonales en sí, se generan desde un trauma emocional que nos hace percibir nuestra postura y la del otro en sentidos opuestos.
A pesar de ello, existe un potencial para sanarnos dentro de nuestras relaciones conflictivas, ya que en realidad estás nos están mostrando una ramificada conexión que no podemos ver, pero que sí existen entre una o varias creencias, mis emociones y la manera cómo me llevan a percibir -y a sentir- esa situación que está corriendo conmigo y con las personas involucradas.
Te has preguntado:
¿Por qué si soy una persona puntual, las personas -reuniones, empleados, etc.- siempre me hacen esperar?
¿Por qué si soy una persona ordenada, mi familia es todo lo contrario? Es que lo hacen a propósito.
¿Por qué si soy una persona ahorradora, mi esposa siempre derrocha el dinero en más ropa?
¿Por qué si soy una persona honesta, atraigo a personas mentirosas?
¿Por qué si soy una persona optimista, atraigo a personas pesimistas?
¿Por qué si detesto las quejas, atraigo solo a personas quejonas?
¿Por qué si soy una persona abundante, atraigo a personas carentes?
Y la razón, se encuentra más allá de que el universo me está castigando, más allá de que las personas lo hacen con toda la mala intención para enojarme, más allá de que tengo mala suerte. Es simplemente, porque existe algo dentro de mí, en mis creencias -a nivel del subconsciente- que está detonando estas alarmas, que no son más que señales de que algo de impuntual, desorden, derrochador, deshonestidad, pesimista, quejona y carente existe dentro de mí.
¡Si, leíste bien!
Para los que no lo saben operamos de forma inconsciente a través de nuestras creencias, esas que se encuentran en nuestro subconsciente y que nos conectan una y otra vez con los mismos patrones de vida Este es el motivo por el cual, reaccionamos emocionalmente de formas específicamente involuntarias hacia las experiencias que vivimos.
Por lo tanto, siempre que tengo un conflicto con otra persona, tengo la oportunidad de indagar dentro de mí ¿Qué información sobre este conflicto que no estoy viendo, se encuentra almacenada en mí subconsciente? ¿Cómo puedo observar esté conflicto desde el cómo me hace reaccionar? ¿Cuál es mi cuota de responsabilidad en este conflicto? Porque en conflictos de dos, existen dos personas que se están mostrando la una a la otra algo por y sanar en ellos mismos.
Un ejemplo de ello, es encontrarme siempre con personas pesimistas. Debido a que soy una persona sumamente optimista y positiva, siempre me he enfocado en ver lo bueno en todo lo que me pasa, y a su vez, me gusta buscar soluciones a los problemas de la mejor manera posible. Pero, con mucha frecuencia suelo atraer personas a mi vida que utilizan un lenguaje orientado a la queja, que hacen chistes pesimistas sobre las demás personas o lugares, que miran la vida desde un ángulo de lamentación y que enfocan con una lupa todos los aspectos de acusación hacía todo su entorno.
Y aquí entra en juego un concepto muy interesante sobre la ley del espejo, que se basa en la premisa de que así como es afuera, es adentro. Por lo que, no es que yo sea pesimista con mi mundo exterior, es que lo soy conmigo misma de una forma tan silenciosa que ni siquiera lo noto.
Así que, cuando yo me permito ir más allá para observar qué hay de esos pesimistas dentro de mí; para saber cuál es el vocabulario emocional que se desarrolla inconsciente a través de lo que vivo que se siente más pesimista que optimista; por qué suelo resolver con mucha facilidad los conflictos externos, pero me olvido o me cuesta resolver los conflictos internos. Porque, puede que yo sea muy optimista con el mundo, pero de cierto modo estoy siendo pesimista conmigo misma y sea esa la raíz de muchos malestares que no me han permitido avanzar con seguridad y confianza, a través de lo que yo siendo honesta conmigo misma es lo que realmente quiero.
Entonces, no es lo que los demás me hacen: llegan tarde, me mienten, me roban, me traicionan, me culpan, me incomodan, me, me, me… es que no estoy siendo capaz de ver, de comprender, de hacerme consciente sobre eso que el otro tiene y me hace, que desencadena en un conflicto para mí. Es tan solo una proyección de un conflicto que tengo que sanar conmigo y que el otro me está mostrando. ¡Nadie me va a ser sentir mejor!
Evidentemente, cuando yo tengo un conflicto con alguien más, es sinónimo de que existe un conflicto interno que debo resolver, que debo sanar, inclusive si yo tengo la razón. Ya que por medio de lo que esta persona me hace sentir al contradecir mis valores -el detonante dentro de mí-, me está enviando una clara señal para que yo lo trabaje internamente y me reconecte con mi verdadera esencia, con mi poder creador.
A su vez, cada vez que entramos en estos conflictos y los dejamos sin resolver -resolver con nosotros mismo, no con los demás-, se estanca esa energía dentro de un órgano específico de nuestro cuerpo que generará un malestar o enfermedad. Tales como: problemas con sistema nervioso, tensión o inflexibilidad en nuestros músculos y tendones, problemas con cualquier sistema circulatorio, problemas con nuestros pies, entre otros dependiendo del caso específico para cada persona.
Por supuesto, no podemos encontrar la raíz del conflicto sin haber estado en él, porque al final todo se trata sobre una resistencia que se encuentra dentro de mí. Y es así, porque todo lo que me hace sentir el conflicto, como: rabia, culpa, odio, engaño, impotencia, abandono, traición, resentimiento, etc., me está llevando hacía la emoción opuesta que es el PERDÓN, es perdonarme a mí misma.
Por supuesto, eso que me causa el dolor me está mostrando desde dónde estoy vibrando, cuál es la información que se encuentra en mi subconsciente que me hace atraer a mi experiencia a esas personas espejos o mensajeros.
Por supuesto, los conflictos son un claro ejemplo de cómo puedo lograr mi mejor potencial hoy, que será distinto al de mañana.
Por supuesto, la única manera de lograr ese potencial es precisamente a través de mi interacción con otros humanos y con sus diferentes puntos de vista.
Por supuesto, que sin esos conflictos no sería capaz de hacerme consciente y sanarme a mí misma.
Cabe destacar, que absolutamente nadie puede hacer el trabajo interno por mí. Así que, el hecho de que siga ignorando las señales de esos conflictos que tengo con otras personas, simplemente están retrasando mi evolución hacía mi máximo potencial.
Es mi más sublime deseo que puedas encontrar las herramientas que se adapten a tu caso en particular y que te permitan hacerte responsable de tus conflictos internos para que puedas avanzar orgánicamente hacía un estado pleno de bienestar contigo mismo y que este se refleje en tu entorno.
Descubre tu propio potencial, encuentra tu propio poder, regenera tus creencias y permítete conectarte con esencia pura de vida, que es el amor y todo lo que vibra desde ese estado emocional.
Resolviendo mis conflictos internos y con amor, Sarah.