El sistema circulatorio y las emociones están estrechamente relacionadas y como he mencionado antes, las emociones son la raíz de las enfermedades.
Si las emociones representan el origen de los padecimientos, quiere decir que existen situaciones que hemos vivido -siempre en pasado- que han dejado una huella profunda en nuestra vida y que dicho sea de paso no hemos logrado digerir o expresar.
Por otra parte, existe el factor del ADN emocional, que representa toda la carga emocional que hemos heredado y con lo que vivimos como una parte fundamental de nuestro árbol genealógico. Esta segunda lo hacemos sin siquiera saberlo.
En ambos casos, estas emociones puntuales determinan la pauta que predomina en áreas de nuestro cuerpo, por lo que siempre que interpretemos nuestras experiencias de una manera específica, sin saber cómo expresar esas emociones que estamos viviendo, se crea una especie de estancamiento energético liberada por la emoción.
Cuando lo que sentimos es muy fuerte y esa sensación permanece por un periodo mayor a tres días en nuestro cuerpo, las consecuencias empiezan a notarse posteriormente.
Ahora bien, entrando en materia del sistema circulatorio, existe el sistema circulatorio del sistema linfático, un proceso que para mí es vital para el buen funcionamiento del sistema de defensas y la liberación de las toxinas del cuerpo. He aprendido a mantener la linfa en buen funcionamiento y ha sido un tema que ha predominado mucho en mi vida, ya que después de mi Cáncer de seno, una parte del sistema linfático fue removido del lado izquierdo de mi pecho y axila y hoy en día en base a mi conocimiento y experiencia, sé que gran parte del Cáncer se debió al sistema linfático. Pero quédate con este tema más adelante.
El otro sistema que también es sumamente importante, es el sistema circulatorio cardiovascular, por donde circula la sangre. Este sistema es más propenso a ser afectado por las emociones, ya que se encuentra vinculado a otros órganos que a su vez interactúan unos con otros; lo que significa que si una emoción afecta a un órgano esté compartirá esa información energética hacia los demás con los que tiene contacto inmediato.
En esta misma idea, algunos de los principales órganos y partes del cuerpo que se encuentran vinculados de forma inmediata al sistema cardiovascular son la sangre, el corazón, las venas, las arterias, los pulmones, riñones, sistema respiratorio. De alguna manera, estos siete componentes pueden determinar de manera contundente y otras veces de forma drástica el buen o mal funcionamiento de la salud. Recordemos que cada una de estas partes de nuestro cuerpo tienen a su vez, su funcionamiento individual, es decir, colectivamente trabajan de la mano con otros órganos, pero al mismo tiempo tienen su trabajo individual.
Así mismo, las emociones que se asocian a estos órganos varían de acuerdo con cada uno. No obstante, toda la energía afectiva que asociamos con nuestras emociones, tales como la pérdida, la pena, el abandono, falta de amor y el rechazo, generan un impacto significativo en el corazón y en la sangre, que generan por efecto deficiencia. Por esta razón, cuando sentimos que por ejemplo no podemos avanzar en la vida, que tenemos mucha carga, que no somos valorados o amados, existe una forma de cierre emocional para protegernos del sufrimiento, lo que conlleva a sentir un rechazo enmascarado que ni siquiera detectamos, ya que se genera frustración, al no recibir en base a nuestro esfuerzo y al mismo tiempo podemos sentirnos tristes u obstinados, lo que conlleva a una especie de confusión emocional; el sistema linfático se ve afectado, lo cual hace que nuestras defensas se debiliten, se estanque la linfa en nuestro cuerpo, se dilaten las venas o arterias, la sangre no pueda retornar al corazón o ir a nuestras extremidades a través de nuestras arterias y el cansancio en el cuerpo empieza a sentirse con más intensidad.
Entonces, lo que empezó con una sensación de no poder avanzar en la vida, desencadena un efecto multiplicador que afecta a los órganos que interactúan de la mano. Porque en esa misma situación termina afectando la órganos a través del cual expresamos nuestras emociones como las manos y los pies que determinan el rumbo hacía donde queremos ir.
Si no sentimos el alma de la vida, la pasión, la alegría y el amor que viaja a través de nuestra sangre a través de nuestras venas y arterias en ese ciclo de dar y recibir, entonces, de la misma manera ese flujo de la circulación también se estanca.
Por lo tanto, si el rumbo hacía donde nos dirigimos no nos sustenta emocionalmente, porque nos sentimos ineficientes de dar y recibir amor, la mala circulación en las piernas lo hablaran; si sentimos que no somos capaces de nutrir a otros y nutrirnos a nosotros mismos, ese conflicto emocional se verá reflejado en las várices; si la sensación de pérdida o abandono es muy intensa, entonces los problemas asociados al corazón empezarán a enviar las señales. En términos generales, cuando la enfermedad sale a flote, nuestro cuerpo emocional está creando una confusión que debemos sanar. Remover estas emociones, sobre todo si estamos frente a cócteles emocionales que no sabemos cómo manejar es una inteligente y consciente decisión pre-enfermedad, ya que con solo una sesión podemos sanarlo.
Esta historia está basada en hechos de la vida real y también fue un patrón que me llevó a investigar ¿Por qué mis abuelos sufrieron ambos de ACB? Y todo ocurrió después de haberle hecho terapia de sanación para la circulación de mi mamá.
Posteriormente, una sensación extraña en la parte baja de la pierna me permitió a sanar una gran cantidad de emociones que eran siempre sobre un mismo tema, que estaban afectando a los mismos órganos y que a su vez eran heredadas por abuelos, lo que me condujo a descubrir un hallazgo en el cual estoy trabajando y por esta razón quise compartirlo con todos ustedes.
Muchas veces la enfermedad no está ni en lo más mínimo vinculada con el órgano que lo padece, sino que es un efecto de una causa que se encuentra enmascarada en otros órganos a través del colapso energético que genera el no saber expresar y manejar nuestras emociones.
Generalmente no hablo de mis pacientes, como tampoco de las emociones asociadas a cada órgano y enfermedad, ya que es un tema muy extenso y sobre el cual prefiero hablar solo en persona en las consultas con mis pacientes, para poder generarles otro nivel de consciencia. Sin embargo, si te interesa este tema, tengo varias clases grabadas que están disponibles para ti, como Descubre la Causa del Cóctel Emocional, Cómo Entender el Cóctel Emocional y Hablemos sobre el ADN Emocional.
Porque cuando sanamos la raíz de nuestros malestares, la sanación se extiende más allá de nosotros, sanamos también a nuestra familia, reprogramamos la carga del ADN Emocional y cambiamos el curso hacía un ambiente de bienestar emocional.
Creando conciencia, Sarah.