Después de haber durado meses enfocada en la edición de mi libro, he vuelto al blog para hablar sobre un tema del cual muchos me preguntan: ¿Dónde estoy enfocando mi atención? ¿Cómo dejo de gastar mi energía en «personas negativas»?
Las personas negativas es un tema muy controversial, ya que es, en nuestro entorno donde se nos hace más fácil o difícil salir adelante.
Enfocarme en fundamental para poder cumplir las metas que me he establecido. Durante este tiempo trabajando a solas, me permitió observar las plantas, desde el florecer de la primavera, hasta el reverdecer del ardiente verano. Me encanta observar, ya que me permite captar la idiosincrasia de todo lo que existe, en eso, puedo distinguirlo de las demás.
Usando la analogía del aprendizaje que me trajo una planta de romero, voy a llevar al contexto dónde debería enfocar mí atención, así como también, hasta qué punto debo inmiscuirme en la vida de otros, aun cuando tenga las mejores intenciones. Esto me va a permitir enfocarme hoy en lo que verdaderamente importa en mi vida.
Cuando llegó la primavera a la ciudad de New York, me volví compradora compulsiva de planta, y es que amo a las plantas, existe una armonía tan perfecta entre ellas y yo, siento una integración donde nos volvemos uno, aunque sé, que ellas podrían vivir toda una eternidad sin mi presencia.
Las plantas son para mí la perfección de la vida. Observarlas en cada etapa me ha convertido en su alumna predilecta, y me ha llevado a un estado de rendición ante la infinita creación que habita dentro de ellas y de mí.
Una de mis plantas preferidas es el romero, su fresco olor perfuma el ambiente al tocarla, su sabor complace mi paladar y su porte erguido representa la firmeza de la vida.
Hace poco traje un romero a mí hogar, debo confesar con mucha tristeza que es la tercera planta en los últimos cuatro meses, ya que los dos primeros murieron. Me dolía ver como se iban secando y al mismo tiempo no sabia la razón, entonces fue hasta que vi un video en YouTube que habla el cuidado de esta planta que supe que encima de todas las bondades medicinales y nutritivas que aporta, no necesita cuidados exagerados, solo debo saber:
¿Quién es el romero?
¿De dónde proviene?
¿Qué ambiente le sienta mejor?
¿Qué puedo hacer yo?
Como ya lo he dicho antes en mis artículos anteriores, preguntarme me ha llevado a revelar grandes milagros, que obviamente ya estaban disponibles para mí, esperando a que yo los deseara para manifestarse.
¿Por qué?
Porque todo nace de un deseo. Si yo tengo el deseo, me hago preguntas y al hacerme las preguntas, vienen las respuestas. No sé de dónde vienen estas respuestas o soluciones, y no me interesa saberlo, solo sé, que están disponibles para mí desde el mismo instante que yo pido. Es como cuando ordeno un artículo por internet, siempre ha estado allí esperando a que yo lo compre, entonces una maquinaria que yo no estoy viendo, se encarga de que ese producto llegue a mi destino.
Volviendo al relato del romero, quise saber más sobre ella, para que en base a esa información saber como tratar a esta planta. En el mismo orden de las preguntas, dejare las respuestas abajo:
El rosmarinus, es una planta de la familia lamiaceae que comprenden unos 245 géneros.
Proviene del mediterráneo, forma parte de los matorrales que crecen en las laderas de las montañas, donde el suelo generalmente es seco y arenoso.
El ambiente que le sienta mejor es un suelo con poca agua, que este seco y que sea permeable, es decir que el agua corra y no se estanque, que reciba la luz directa del sol.
Debido a que yo vivo en un apartamento, mis plantas están en materos, por lo tanto, lo que puedo hacer yo es colocar el romero en un matero de arcilla, colocarle agua cuando me acuerde, ponerla donde le llegue el sol de forma directa y se mantenga caliente.
Ahora bien, si yo dispusiera de un jardín y se ocurriera sembrar el romero cerca de calas, plantas que adoran el suelo húmedo, una de las dos plantas estaría destinada a morir, ya que el ambiente idóneo donde pueden prosperar cada una son completamente diferente; entonces si riego mucho el suelo la cala estará feliz y el romero se pudre, en el caso contrario será el romero el que vivirá, siendo estas dos plantas mutuamente excluyentes, no hay cabida para un final feliz. Al igual como aprendí en mi primer semestre de economía, cuando curse la materia de lógica matemática, si lanzo una moneda al aire, solo puede ser cara o cruz, pero no ambas.
Basándome en la parábola del romero, se deriva una enseñanza semejante a las que me ha tocado vivir interactuando con otras personas. Y sé que a ti también.
Me caracterizo por aportar solo aquello que va a enriquecer a otra persona, siempre me enfoco desde la objetividad, en ver lo positivo de todo aquello donde la gente solo ve estiércol de las circunstancias que viven. Sin embargo, en base a mi experiencia las personas no quieren cambiar, por lo tanto, no quieren lo que yo considero desde mi ejemplo y aprendizaje, que es mejor para ellos y para los involucrados en su “estiércol”. Por las razones que sean, cada uno esta donde quiere estar, así de sencillo.
Cuando no me había hecho consciente de quien soy verdaderamente y de cuanta iluminación hay dentro de mí, me llevaba al punto de cuestionar mi propia evolución, para justificar la conducta denigrante de quienes aún están lidiando de forma consciente o inconsciente con su propia basura y de alguna forma me querían hacer repetir una lección que ya yo había aprobado.
Usando mi experiencia con la muerte de las plantas de romero que traje a mi hogar y mi observación verosímil con otras personas, he llegado a la conclusión de que todo aquello que desde mi amor yo les doy a otros, considerando que es bueno, puede resultar nefasto para ellos, ya que, el agua fresca no siempre les sienta bien a todos por igual.
Si has estado enfrascado en ambientes donde nada parece prosperar, a pesar de tus reiteradas buenas intenciones, a pesar de la pasión y entrega de tus acciones, mi querido lector yo te cuento, que al igual que mi romero tu estas usando mucha agua en una planta que crece mejor en suelo árido.
¿Que puedo hacer?
Primero observa a la persona.
Segundo analiza su comportamiento, pero no para buscarle una solución, es para saber cuál es ambiente que mejor se adapta a esa persona, y de esta forma puedas enfocar tu energía en aquello que verdaderamente será útil y de agrado para ella. Muchas veces es hacer nada.
Yo aprendí de mi romero que mientras menos atención le dé, mejor crece. La misma formula la he llevado a mi vida personal, reorientando el foco de mi atención a lo que es verdaderamente importante para mí y al mismo tiempo he dejado que los demás hagan lo que es verdaderamente importante para ellos, aunque sea estar en una arena movediza de estiércol, después de todo yo también estuve allí.
Ahora bien, tengo otros tipos de plantas en mi hogar que ameritan otro tipo de atención, lo mismo que para el resto de las personas que están en mi vida.
La misión de este artículo es que podamos enfocar nuestra energía (atención, acciones, pensamientos, tiempo, etc.) en aquellas personas donde mutuamente vamos a tener un crecimiento sano, donde creamos en nuestras aptitudes y estemos fomentando positivamente nuestro potencial para ver manifestados nuestros sueños, nuestros proyectos, ya que juntos podemos llegar más lejos.
Muchas veces me he sentido mal con las actitudes negativas de otras personas, dejando de lado el reconocimiento de mi Luz, ya que es, en esas situaciones o con esas personas donde he desperdiciado mi hermosa y preciada energía, llevándome adherida esa sensación de malestar a donde quiera que voy, incluso a la cama, ya que esos pensamientos que no están alineados con el flujo de mi equilibrio me llevan a segregar un tipo de química dentro de mí que acarrea serias consecuencias.
El verdadero crecimiento se encuentra en ambientes donde cada persona puede crecer, según las condiciones que necesita y no según las condiciones que otros creen que necesita.
Para esto es muy importante que YO sepa ¿Cuál es mi valía personal?, saber a ¿Dónde quiero ir? y saber ¿En qué punto de mi vida me encuentro?, para que, de acuerdo con estas premisas, en vez de querer encajar en otros suelos, fomente las bases para el jardín de mi vida. De igual manera, en vez de forzar a otros para que encajen en mi suelo, dejarlos para que ellos estén en el ambiente correcto para su propia evolución personal.
Entonces cuando nos encontramos es perfecto, hacemos lo que sea que estemos destinados a trabajar juntos y luego en el momento adecuado cada uno sigue su camino.
Con amor y enfoque Sarah.