Los pensamientos, son expresiones que provienen del inconsciente, ese espacio de almacenamiento donde se encuentra contenida toda la información que me ha llegado, y que voy reforzando o transformando conforme mi consciencia va evolucionando, conforme mi sistema de creencias cambia, conforme voy haciéndome consciente de la verdadera esencia que significa para mí vivir.
Todos los pensamientos se encuentran en la misma base de datos. Sin embargo, mis experiencias delimitan el tipo de pensamientos que yo de forma automática decido tener y que a su vez están condicionándome en la creación de lo que llamo el libro de mi vida.
De acuerdo con esta idea, puedo dividir lo que yo considero que son los pensamientos “positivos” y “negativos”, donde en realidad, ambos están formados desde un sistema de creencias que la humanidad me ha transferido generación tras generación y que han condicionado tanto mis limitaciones, como mis aspiraciones. Con todas estas ideas dando vueltas en mi cabeza, yo me estoy recreando cada instante películas a través de rutinas que me están llevando a algún lugar determinado.
¿De qué depende? De mi sistema de valores: lo que considero que es bueno y malo.
En este sentido, bien sea que esté consciente de mis pensamientos o no, la realidad que vivo, las experiencias que tengo y los resultados de mis acciones, pueden darme una muestra de a dónde está yendo el rumbo de mi vida y desde este punto puedo tener una idea de los ajustes que puedo hacer hoy (si se da el caso) en mis pensamientos. Partiendo desde un despertar de a dónde me está llevando la dinámica de mis conversaciones internas, que muchas veces no tiene nada que ver con la verdadera esencia de mi alma. Para ello, tengo que darme cuenta y ser consciente de qué está ocurriendo en mí. Tengo que querer cambiar, y si quiero cambiar tengo que entrenar mis hábitos, mis pensamientos y mis intenciones ocultas, debo entrenarme para enfocarme completamente a eso que le presto atención. Allí reside el juego y todo es posible.
Por otra parte, si estoy esperando remover toda “mi negatividad” (considero que no tenemos negatividad, solo estamos condicionados en base a las creencias) para empezar a vivir la vida que quiero, estaré en una burbuja imaginaria donde no me permitiré avanzar. ¿Por qué? Porque la única forma de saber que algo no está funcionando en mi vida viene de la infelicidad que siento, aun estando externamente en las mejores condiciones. Como mencioné anteriormente, los pensamientos no se tratan de que sean malos o buenos, se trata del nivel de consciencia que yo tengo, ya que desde allí es donde están fundamentados mi propio sistema de valores y creencias de hoy. Y honestamente esto va a cambiar a lo largo de toda mi vida conforme yo vaya transformándose.
Como la vida es aquí y ahora, para empezar a experimentar la vida que quiero, solo debo comenzar.
¿Cómo sé por dónde debo empezar? Muy simple, a medida que voy haciéndome consciente HOY de cómo cambian mis estados de ánimo conforme vivo día a día e interactúo con el mundo exterior. Tengo que aprender a observar cómo me siento en esas interacciones ¿Me siento tranquila? Después de todo mi tranquilidad, paz y serenidad interior es un sinónimo de mí felicidad, de mi amor propio. Entonces, si en mi recurrentes estados de ánimo siento desdicha, frustración, tensión y desde esa infelicidad (que es muy diferente a la insatisfacción) detecto “dándome cuenta” que hay algo dentro de mí que no está fluyendo o que hay algo dentro de mí que me molesta, es que debo transformar algo bien sea a nivel de pensamientos (lo que pienso sobre lo que pasa) o a nivel de emociones (cómo me hace sentir lo que pasa). De cualquier forma, ambos casos provienen de la percepción que solo yo le doy, es decir: Sistema de Creencias.
Qué quieres decir con ¿Debo transformar? significa eso qué yo debo cambiar. Vamos a ver si entiendo lo que quieres decir, porque es un poco confuso. Supongamos que hay una situación que ocurre en mi vida al interactuar con el mundo exterior y en esa situación siento algo dentro de mí que me incomoda o me molesta, es decir, de alguna u otra manera siento infelicidad ¿Quiere decir eso qué soy yo quien debe cambiar?
Correcto, soy yo quien debe transformarse o cambiar ¿Por qué? Porque lo que vivo HOY, es solo un fragmento de lo que YO creé con mis pensamientos en base a mi sistema de creencias. O sea, fui yo la que creo todo lo que está pasando hoy en mi vida, por consiguiente, si me doy cuenta de que “ese algo” no me gusta o de que “ese algo” no era lo que yo quería, debo cambiar y debo hacerlo desde mi inconsciente, observando que siento dentro de mí cuando eso ocurre para poder cambiar mis pensamientos; ya que, dependiendo de mi sistema de creencias, yo me estoy creando las conversaciones internas y películas que tarde o temprano haré realidad (traeré a mi vida). Por lo tanto, traer a mi vida algo que no me gusta para luego culpar a ese algo de lo que no me gusta, es el colmo de la ignorancia, donde lamentablemente todos hemos estado y muchos siguen estando.
Así mismo, la transformación de mis pensamientos es un proceso que me permite ver resultados de manera progresiva, no se pasa de un extremo a otro en un día. Entonces, si quiero empezar a transformar mis pensamientos, existen dos condiciones necesarias que debo cumplir, que son: la constancia y la paciencia. Ambas me van a permitir seguir adelante si quiero ver cambios trascendentales en mí misma.
Muchas veces los inicios hacia lo desconocido pueden causarme cierto temor, sobre todo cuando estoy entrando en un camino completamente nuevo. A continuación describo algunas de las dudas que me pueden llegar:
– Voy a perder estructuras que había construido en el pasado, voy a tirar toda una vida.
– Ya no encajo en muchas áreas o comunidades, pero siento miedo a lo que vayan a pensar sobre mí o a quedarme sola.
– Siento frustración porque sigo teniendo los mismos pensamientos o sigo atrayendo a mí vida las mismas escenas.
– Mis círculos cercanos no me apoyan.
– Me siento sola y no sé si puedo seguir adelante.
– Siento que esto no está funcionando, mejor dejo todo como esta, aunque por dentro me sienta mal. Después de todo ser tolerante es parte del crecimiento.
Es normal que me haga muchas preguntas y entre la duda, para ello debo tener determinación y constancia, ya que soy un ser que se encuentra constantemente evolucionando, esto implica que existe un proceso en el medio de dos puntos, y dentro de este proceso me encuentro desprogramando, desaprendiendo y transformando los prototipos preconcebidos en mí subconsciente, así como también reprogramándome, aprendiendo, entrenando mi mente y estableciendo el propio sistema de valores de Sarah. A lo largo de mi vida van a llegar muchos maestros en todas las etapas de mi viaje (conocimientos, sabidurías, herramientas, terapias, etc.) y debo saber que ellos me van a ayudar a cruzar el río (proceso), pero que luego seguirán su camino y yo debo continuar adelante también, ya que, aunque parezca que estoy sola, la verdad es que dentro de mí se encuentra mi inteligencia divina con el GPS más evolucionado que existe y existirá por siempre.
En este orden de ideas puedo tratar de resumir que si quiero transformar mis pensamientos, tengo que considerar:
– Saber ¿Qué busco?
– Saber ¿Qué es lo que quiero?
– Darme cuenta si la forma cómo me hablo me está sirviendo o no.
– Ser consciente de que ocurre en mí.
– Querer cambiar.
– Darme tiempo para estar conmigo misma.
– Mantener enfocado mis hábitos, mi atención, mis pensamientos, mi consciencia y entrenarlas.
– Preguntarme ¿Qué es bueno? Y ¿Qué es malo? En todo lo que observo.
– Tenerme paciencia.
– Decirme: Sarah (tu nombre) soy un ser maravilloso, mira lo bien que lo has hecho hasta ahora.
– Poner en duda mis propias creencias y las creencias de los demás.
Recordando que si tengo curiosidad, si me mantengo buscando conocimientos, estudiando y aplicando herramientas que me están permitiendo conocerme, sanarme y amarme hoy, significa que quien era ayer, tenía un sistema de creencias, paradigmas y pensamientos completamente diferentes a los de hoy. Por ende, debo entrenarme para saber en el fondo de mi ser, cuáles son mis verdaderos deseos, esas metas que son genuinas y que me están llevando a la consecución de mi felicidad y que si las consigo, traerán por añadidura el resto (lo material por ejemplo). Y de esta manera, atraer a mi vida o manifestar mañana lo que sí deseo y no lo opuesto a mi deseo.
Saber desear y pedir es fundamental, algo que lamentablemente nadie nos enseñó, pero que hoy en día gracias a todos los avances que estamos dando como humanidad, se nos está otorgando el mérito de ver en fracciones más cortas la causa y el efecto de quienes realmente somos.
Por cierto, en víspera del próximo solsticio de invierno (momento que considero muy positivo para sembrar intenciones, pedir, desear) estaré haciendo la proyección de mis deseos para los próximos doce meses y por esta razón, al final de este artículo te estoy dejando otros posts relacionados, con puntos muy importantes que YO debo considerar a la hora de hacer mi lista de deseos o metas para el nuevo año. Sé que se sorprenderán con lo que voy a escribir.
Con Amor Sarah.
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