Las creencias son el talón de Aquiles más importante para el ser humano y ejercen más poder del que podríamos imaginar, ya que representan en gran medida el detrás de cámara de nuestros deseos, aunque irónicamente el sistema de creencias no sea un tema de conversación usual.
Yo creo, tú crees, todos creemos, con la convicción de que estamos en la más irrefutable verdad, sin embargo, lo que ocurre, es que a medida que vamos obteniendo nuevos conocimientos, nuestro sistema de creencias se empieza a disipar acorde con el nuevo abanico de posibilidades que se abre frente a nosotros y restando importancia a las creencias de las que no hemos arraigado.
La importancia del asunto, es que desde que somos niños estamos orientados hacia ciertas creencias que provienen de lo que observamos externamente, pero a medida que crecemos no logramos recordar con exactitud su origen o la razón por la cual eso en lo que creo es tan importante para mí como para concederle el completo control en mi vida.
Alguna vez te has cuestionado de dónde proviene ese sistema de creencias que tanto proteges o si las decisiones que has tomado son en realidad producto de tu guía interior. Este tema se ha tornado sumamente importante para mí en los últimos años y aun sigo invirtiendo mucho en ello. Pero la razón por la cual me muevo en estudiar sobre el sistema de creencias, es porque está estrechamente enraizado con la forma como vivimos el día a día, sobre todo desde un punto de sensación emocional.
Se considera que absolutamente todas las decisiones que tomo de forma consciente provienen de mi sistema de creencias, el mismo que me mantiene inconscientemente haciendo, haciendo y haciendo bajo ciertos patrones memorizados.
Si bien es cierto que mi sistema de creencias me ha permitido crecer e interactuar en el mundo, también lo es, que tiene un hilo conductor basado en las experiencias que he sentido en términos emocionales. ¿Qué quiero decir con esto? Que las emociones más allá de ser el berrinche de la expresión corporal que me llevan a expulsar todo desde adentro hacia afuera, son el sello y la guía de mi sistema de creencias.
¡Siento y después existo! Literalmente, porque lo que existe en mi mundo es producto de lo que yo creo (sistema de creencias) y lo que yo creo es producto de lo que yo siento.
A ver si nos estamos entendiendo: si yo en determinado momento experimenté (tiempo pasado) una específica situación y dicha situación llámese recibir muy emocionada a mi mamá cuando llega de su trabajo en la tarde y ese evento estuvo acompañado con abrazos y caricias que me hicieron sentir calidez, amada y segura de tener de nuevo a mi madre cerca de mí ¿Qué significado le daré a los reencuentros con personas que amo? Y más profundo aún, cuál será la emoción que acompañe esa situación: qué sentiré, cómo reaccionará mi cuerpo, cuáles químicos liberará. Por lo tanto, querré recrear en mi vida más escenarios que me hagan sentir o no así.
Del ejemplo anterior es importante tener en cuenta que estoy dejando fuera del escenario otros elementos, como comida, regalos, objetos, etc. Ahora bien, supongamos que mi madre llegó estresada o cansada o enferma o hablando por el celular, ignorándome por completo al entrar a la casa y ese evento me hizo sentir fría, no amada, insegura, rechazada, abandonada, etc. ¿Qué significado le daré a los reencuentros con personas que amo? Y más profundo aún, cuál será la emoción que acompañe esa situación: qué sentiré, cómo reaccionará mi cuerpo, cuáles químicos liberará. Por lo tanto, querré recrear en mi vida más escenarios que me hagan sentir o no así.
Ahora vamos por un tercer escenario producto del segundo; mi madre al ver mi reacción (enojo, tristeza, llanto, etc.) busca desde el amor que me tiene la mejor manera de demostrarme que el hecho de no recibirme como yo esperaba, no significa que no me ame, a su vez me invita a comer helado; por supuesto, yo me emociono comiéndome el helado, tengo el afecto de mi mamita y disfruto de las bondades que ofrece esa ración de helado a mi cuerpo y ese evento me hace sentir dulzura, amor, afecto, cercanía, atención, etc. En este escenario entra otro personaje llamado helado como una forma de compensación ¿Qué significado le daré a los reencuentros con personas que amo? ¿Qué significado le daré al helado? ¿Qué significado le daré a las cosas dulces? Y más profundo aún, bajo cuáles circunstancias comeré helado o cosas dulces para “compensar”.
A donde quiero llegar con el tema del sistema de creencias, es que mi cuerpo (y tu cuerpo), está constantemente liberando sustancias químicas de acuerdo con las emociones que sentimos en cada experiencia que vivimos, lo cual se traduce en asociaciones. Asocio una determinada situación con un específico evento, lo memorizo en el software y lo repito acorde a circunstancias parecidas, inclusive antes de que físicamente esa circunstancia ocurra.
Sin duda alguna voy a seguir repitiendo patrones que están determinados o sustentados en mi sistema de creencias, hasta el momento que decida de forma consciente actualizar mi software para crear nuevas experiencias basadas en una nueva forma de percibir la realidad emocionalmente hablando.
Cuéntame si existe un evento que hayas vivido recientemente y que te llevó instantáneamente de vuelta al pasado para revivir una sensación específica.
Ha llegado el momento de crear con conciencia, con Amor Sarah.
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